“Mimosas” Oliver Laxe
Cuando voy a una película como esta llevo unas
expectativas muy elevadas, no puedo negar que el cine que más me gusta es aquel
que además de mostrarme la vida, me muestra el alma, el sentir, la
versatilidad, el más allá de lo cotidiano y tantas otras cosas.
Oliver Laxe, en esta su segunda película consigue
interesarme por una historia simple. Una caravana
acompaña a un anciano moribundo Sheikh a Sijilmasa.Viaje a través del Atlas
marroquí. Las sucesiones de acontecimientos conforman la película.
Un personaje magnifico, Shakib,
salido de las mejores películas de aquel gigante director de cine llamado Pier
Paolo Pasolini, da a la película “Mimosas” la posibilidad de mostrar un cine
diferente, místico, pensante, naturalista y lleno de reflexiones en los “a
posteriori”.
Personaje al que no le angustia el destino, vive las situaciones de manera natural, incluso resultando ligeramente cómico. Esa bonhomía que nos ofrece Oliver Laxe, es una alternativa novedosa ante la imposibilidad que marcan los tiempos a la realización de un cine más espiritual y no tan mecanicista y falto de fe.
Personaje al que no le angustia el destino, vive las situaciones de manera natural, incluso resultando ligeramente cómico. Esa bonhomía que nos ofrece Oliver Laxe, es una alternativa novedosa ante la imposibilidad que marcan los tiempos a la realización de un cine más espiritual y no tan mecanicista y falto de fe.
“Mimosas” si algo tiene es valentía
en su realización. Deja fuera los complejos y los miedos a las competencias
desleales de las películas sin alma que no son más que productos para
enriquecer a las grandes productoras, lanzando un órdago y naciendo desde la
inteligencia, la sabiduría, la fe y el amor a los seres humanos.
Dejarse conquistar por la pureza de
lo bello, natural y claramente bien pensante es algo que nace en el transcurrir
del discurso de Oliver Laxe.
Su compromiso con la bondad ya me
quedó claro en su película anterior, “Todos vós sodes capitáns”, alegoría a la solidaridad
y la confianza en el ser humano.
El cine como herramienta de libertad
y emancipación de las personas solo puede venir de la mano de películas como la
que nos ocupa, donde el latido profundo de las personas brota de las imágenes
inmensas de las rocas, las montañas, el agua o las explanadas polvorientas.
La frescura de los actores no
profesionales contribuye a la espontaneidad y buen resultado de sus
contribuciones.
He visto una película muy interesante
e inquietante. Me ha gustado y la he seguido con verdadero interés. Es una
buena prueba del buen cine que hacen los directores gallegos en la actualidad.
Dos premios FISPRECI en Cannes para el director no son una casualidad, más bien
constituyen una consolidación de la apuesta internacional por Oliver Laxe.
Mi puntuación es de 4* sobre 5*
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