En mi último viaje a Salamanca
confluyeron en tiempo y espacio, el libro de Charo Alonso, “Dama Luna” y la
película de Jonathan Cenzual, “El pastor”.
He leído con interés el libro y he
visto la película en dos ocasiones. He podido hablar con los autores de sus
creaciones y me interesa cruzar las historias por lo que se asemejan en lo
metafórico, produciéndose los hechos contados
a un siglo de distancia entre ellos.
En alguna ocasión he leído que la historia no es lo que realmente se vive sino lo que cada uno recuerda después de que se procesa mentalmente. Los sucesos se pierden en el tiempo, cada persona guarda una idea de lo vivido o de lo que le argumentan. Ahora bien, la esencia es innegable. De aquello que se queda en nada, late el sentir esencial.
A principios del siglo XX, Inés Luna Terrero nace hija única, con un padre que “cuenta la leyenda edulcorada” lleva la electricidad a Salamanca y su provincia. Construye un palacete, “El Cuartón” donde reside con su mujer y su hija a quien llamaban Bebe. Pasado el tiempo, en la adolescencia, Inés Luna se queda prendada del hijo de uno de los renteros de la finca. Ante dicho sacrilegio, Carlos Luna, padre de Inés, despide y arroja fuera de la finca a todos los cuidadores del ganado, las tierras y el servicio casero, dejándoles en una situación similar a los protagonistas de “Las uvas de la ira” de John Ford. Se trasladan de pueblo y allá en el horizonte fundan Centenares. Crean una forma de vida y siguen como pueden adelante con sus vidas.
En el caso de la película de Jonathan
Cenzual, “El pastor”, la historia narra las amenazas que sufre este pastor,
Anselmo, que ve violentada su forma de vida cuando unos promotores
inmobiliarios le quieren comprar la tierra. Es la Salamanca contemporánea, meseta
adentro, siglo XXI la que nos ilustra el director.
Las dos historias confluyen en algo
determinante para ambas. En la primera, la que el libro nos relata, es el
dinero y el poder político que tienen los Luna -el abuelo había sido senador
por la provincia de Salamanca y a Inés Luna se le atribuyen amores ilícitos con
Primo de Ribera- mientras en la segunda lo que la película nos muestra es la
intrusión del dinero corrupto y robado a los contribuyentes de los inversores
inmobiliarios, para comprar las tierras de este pastor que decide por voluntad
propia seguir cuidando de sus ovejas y su perro como forma de vida.
Inés Luna dilapida toda la fortuna de
sus antecesores hecha con el sudor de los obreros en viajes, compras y
extravagancias; los inversores inmobiliarios quieren arrebatar a toda costa la
forma de vida del pastor con la fortuna hecha de la corrupción y la expulsión
de las casas de muchas familias. La confluencia de cómo se producen los hechos
goza de una similitud que no podemos negar, ni eludir.
¿A que conduce toda esta reflexión?
Pensemos con calma.
La película es buena muestra de un
cine social que invita a reflexionar a muchos niveles. Podríamos empezar
analizando a los personajes en su interior y el papel que ocupan dentro del
contexto social.
-El protagonista, Anselmo, un pastor
charro de la castilla adentro, acostumbrado al trato con la naturaleza y los
animales que solo se asoma a la vida en sociedad cuando necesita algo. Es
persona de necesidades limitadas. Lo veremos en la biblioteca, mostrándose buen
lector, en la consulta del veterinario atendiendo a las necesidades de su perro,
en el bar del pueblo tomándose un vino al final del día y poco más. Hombre de
compleja vida interior que cuenta más por sus silencios que por sus negativas
verbales a hacer con su vida algo que no le interesa para nada. De trato
cordial pero distante. Desconfiado e indiferente, rústico que no grosero. Solo
se impacta por acontecimientos muy serios (caída al pozo del niño, ataque
brutal a su amado perro…)
-El policía, su paño de lágrimas ante
los ataques de los vecinos que quieren vender sus tierras para procurarse
mejoras materiales, saldar deudas y poder llevar a sus hijos a la universidad.-Los vecinos de perfiles simples y desasosegados por todo lo que de material tiene la vida que tenemos y la falta de dinero para cubrir necesidades que nos hemos hecho inevitables.
-La bibliotecaria, mujer de provincia pequeña que va y viene por la vida en un mundo de apariencia cerrada y aburrida.
-El director de las inversiones perfilado como alguien presuntuoso y lleno de ambición que no va a dudar en traicionar y dejar sin nada a quien le impida lograr sus propósitos.
Todos conforman un grupo de hombres y mujeres de la actualidad cotidiana e inherente.
“El pastor” es un filme que en
palabras de su director nunca pretendió ser un western. El avance y el
desarrollo de los acontecimientos lo convierten en una historia que
irremediablemente nos conduce a que lo referenciemos como tal.
Sus protagonistas caminan en esa
dirección. Se va pasando del intento de conquista y colonización de la tierra
de Anselmo, -el deseo de ocupar su tierra, acabar con sus ovejas y destruirle su
paisaje- al enfrentamiento por parte de los vecinos y la inmobiliaria, metáfora
de progreso y prosperidad, y garante de seguridad y bienestar. Acompañado todo
ello de una violencia insólita como épica colonizadora, solo que aquí como en
“Perros de Paja” de Sam Peckinpah, será el pastor quien lo resuelva.
El trasfondo moral que se adivina
empuja al espectador a cuestionarse temas de actualidad inminente, como son el
fraude de los inversores a los contribuyentes, la violencia por toda
acción-opción que se aleje de lo común, la falta de coherencia con las
situaciones que se viven, incluso la violencia verbal contra las mujeres.Destacar la importancia que se concede en la película a los animales en este caso ovejas y un perro que es el amor incontenible de Anselmo. Le hace feliz su compañía, sus silencios leales y será una situación creada en torno al mismo lo que conduzca a la resolución de la trama dramática de la película.
Dotada en una primera parte de una
fotografía espléndida con imágenes que nos muestran el amanecer y el atardecer,
caminando a la salida y la caída del sol Anselmo y sus ovejas.
En el
transcurrir del film veremos una evolución-emocionalidad narrativa que acaba
derivando en thriller psicológico, donde la condición humana anida y se vuelve
grotesca. Soledad, codicia y supervivencia se convierten en los tres parámetros
que determinan la historia. En torno a ello Jonathan Cenzual consigue interesar
e intrigar al público, creciendo la tensión en la medida que la trama va
resolviéndose. Gran valor el artístico por parte de su director que consigue
con un presupuesto reducido una película muy interesante.Jonathan Cenzual y Javier Tolentino el 14 de julio de 2017 en un primer encuentro del "Séptimo Vicio" y "Zoes" con los cineastas salmantinos en "La Salchichería" en el Barrio Oeste de Salamanca |
"Dama Luna" de la escritora y periodista "Charo Alonso" |